jueves, mayo 04, 2006

'Espera sin limites...'

'Cree sin límites, aguanta sin límites; no sabe de envidia... es comprensivo, no es mal adecuado ni egoista, no lleva cuentas del mal; no se alegra de la injusticia, sino que goza con la verdad. No pasa nunca.'


Anoche Petra y yo escuchábamos a Jesús Quintero hablar del amor. Las dos juntas en el sofá de su casa, cerca de la playa;
las dos calladas, con dos mentitas poleos en sendas tazas, la mía sobre la mesa, la suya sobre sus manos; las dos,
tras una cena de 'risotto' con esparragos y bombones 'Baci' mensajito incluido, vino Mayor de Castilla y fuet alemán. Las dos calladas, no era necesario hablar. Las dos, tras encontrarnos, tras explicarnos, tras regalarme un 'cazamarisposas' para mi cumpleaños para que lo use con éxito en mi nueva etapa.
Anoche nos dejamos embaucar por 'los ojos de brujo andaluz' (según palabras de la propia Petra, que es alemana y todo lo que sabe de Andalucía es de verme a mi hablarle con pasión, con dolor, con alegría) de El Loco de la Colina, por su voz penetrante y sentida, por el amor que nos invadía. Y él hablaba y nosotras oíamos, asentíamos, metidas en nuestro mundo, en nuestros sueños, perdidas en algún lugar de nuestro pecho, de nuestros huecos, de los brazos del otro, de la voz, de los caminos recorridos, de un único destino : '¿Dónde duele el amor?' 'Aquí', 'Aquí, aquí duele, en el centro de uno mismo. Aquí, aquí, aquí'.
Sí, la espera... sin límites, hasta cuando ya no te quedan fuerzas pa' levantarte e irte; el dolor, sin límites, hasta cuando ya te tienes más que reir feliz porque no hay más remedio que seguir; el aguante, sin límites, sí, sin límites, sin límites. Y Petruski con los pies sobre el sofá, la manta sobre sus piernas, embobada, y yo, embobada a mi vez, de que ambas estuviésemos siendo conscientes al unísono de que la Tierra no gira, que está detenida y de que hay algo más grande que todos nosotros, que nos deja libres, que nos lleva, que nos habla, que no es para todos, que es sólo para unos pocos, que es sólo, y sólo es, amor. Todo.
Las dos. Allí. Sin tazas ya, arrebatadas, mirándonos por dentro, repletas de todo, de tanto.

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