domingo, mayo 14, 2006

La historia de Maite (II)

Maite y yo nos volvimos a ver tras la odisea que vivimos en aquel trayecto de Málaga - Sevilla. Lo hicimos este sábado. Con un sol que parecía invitarnos a vestirnos de flamenca y una preciosa y sexi camiseta de mil colores que estrenaba yo (pa' suplir el estrés que me causa el gimnasio), que parecía reflejar toda la luz que tengo por dentro, y que esta semana se ma ha fundido vagamente, aunque para luego brillar más :) Nos reencontramos, tras esperarla pacientamente hora y media: nos reímos, nos conocimos y nos dispusimos a reclamar nuestro dinero del alquiler del vehículo de aquel viaje fatídico e iluminador para mi a Sevilla. Asi que, teniendo por destino el aeropuerto nos fuimos para allá. Voy a ahorrarme la hora y media que tardamos en llegar a la terminal B y mis irónicos comentarios:'¡¡¡¿¿Queé es esto???', '¿Qué pueblo es?' -me preguntaba - ' Benalmádena-. :) Y hala !! a reirnos las dos. 'Ay, bea, lo siento siento tardar tanto para llegr'. 'Muje no te preocupes -la tranquilizaba yo- si tardaste seis horas en hacer Málaga -Sevilla, la relación distancia -destino va bien, estamos en el tiempo previsto'.
Pasamos una mañana tranquila, rellenando papeles, hablando de espíritus, de fuerzas del Más allá, de fenómenos extraños, de sus ex novios, de la posesividad en el amor, del amor puro, de las decisiones, del no miedo, de los caminos abiertos, de filosofía, de hacer la vida, de las coincidencias, de sus proyectos, de mi regreso. Acabamos en la Champañería, un local cutre, barato y archipopular, donde comes bocadillos muy baratos regado con todo tipo de champan. Allí, las dos, con champan rosado, muy rico, bocata d echorizo, de pie, croquetas y allí, comencé a escuchar la segunda parte de aqula historia de amor que me comenzó a contar a principios de semana.
Escuché como todo comenzó una semana antes de feria de hace dos años, como ella siempre había estado enamorada de él, desde pequeña, como supo -tarde- que él también lo había estado siempre: como se fueron juntos a jerez y, en ese viaje, ella se dio cuenta de lo que él sentía y como no podía creer que esa suerte tan grande fuera para ella, como él hizo intentos para que ella se decantase y le pidió que le esperara y, como ella, incrédula, se quedó cortada -aqui lo que dice la novia de David, Nuria, 'cuando estamos cerca de conseguir lo que queremos nos entra el terror escénico'-. Fueron los mesajes que llegaron después, los que confirmaron el sentimiento entre ambos y que parecía decir algo que no constataron. Ella ya estaba empezando con otro chico y él se echó otra novia y, en cinco meses, se casó y 90 días después le escribió un sms para decirle que siempre habia estado enamorado de ella, y ella le respondió que porqué había tardado tando en decírselo y que le hubiera gustado oirlo mucho antes para estar juntos. Y se planteó irse a Sevilla. Se vlvieron a ver y los fuegos artificiales saltaban y como durante una semana no tuvieron ni un minuto para hablarse y, como, tras hacerlo, tras sobrecogerse, la comodidad, el temor y las circunstancias los sentó de bruces.
No se si Maite y su primo verán recompensado su sacrificio, su resignación, su forma de aceptar que ya quizás 'no debía ser'. No se si Maite y su primo se mirarán por la acera de enfrente pasar dentro de diez años, en otra Feria de Abril cualquiera, conotras vidas tejidas, templadas. No se si Maite y su primo podrán engañarse toda la vida.
No lo se, pero tampoco debe preocuparnos, Maite sabe que por muchos hombres que quiera nadie jamás la dejará desnuda frente al universo como la sonrisa de plata del hombre del que se enamoró a los 8 años, a los 14 a los 20 y a los 27 y él, que nadie será dueña de su alma como esa niña que quiso desde que la vió mirarle por primera vez. Sino creeemos en eso. No se en qué se puede creer.

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