lunes, octubre 24, 2005

Abrazos, Rock&roll y Churros con chocolate

Improvisación es la palabra, y, últimamente, hay la suficiente.
El viernes quise saber como estaba Charly allende las tierras de Curro Jiménez y tras echarnos unas risas por teléfono y poner nuestros corazones al día y nuestras penas en remojo -y hacer la típica afirmación de que acabaremos juntos porque total, 'pa' lo que hay- fui a visitar a dos de mis amigos más queridos: Oriol y ferrán y de paso al belga, que habita en el mismo espacio común que los anteriores. Tenía muchas ganas de abrir los brazos para abrazar y de mirar a los ojos de Ferrán porque su silencio ya me estaba costando. Tenía ganas también de hacer una visita improvisada a amigos y que nadie me preguntara porqué o porqué no; tenía en deifinitiva, ganas de calor y no se me ocurrió otro lugar. Solución: la casa de Ferri. Los chicos preguntan menos y resisten más, olvidan más rápido. Tras algunas puestas en común, brindar con vino y un par de abrazos, nos centramos en echar buena cuenta del cava, jamoncito serrano y quesito de la tierra, disfrutando de un aperitivo improvisado; mientras reíamos sobre banalidades, normas nos escritas de convivencia y encuentros fortuitos, dejamos constancia de que algo bueno nos une: cariño. Así que un poco borracha y añorante me despedí de aquella casa dejando al belga y ferran entre el humo de sus sueños y poniendo rumbo a mi casa. En esta ocasión, me esperaba un encuentro con Rebeca que me devolvió la sonrisa, la alegría y junto a mis compis de piso nos dispusismos a disfrutar de un concierto de Rock en un bar próximo. Fue divertidísimo: risas, bailes, confusiones, chicos guapos, chicas listas, Nuria bailando a todo gas, amigos, bromas y la llegada a última hora de Lucky dispuesto a barrer la ciudad. Así fue como los cuatro iniciamos una romería de madrugada buscando un lugar para echar la penúltima, Lucky y yo, incansables; Rebeca con hambre y Nuria cansada y sin entender nada de nuestra conversación - que giraba sobre cuatro o cinco temas diversos a la vez y a la velocidad del sonido, mezclando los mismos y haciendo bromas sobre los hechos acontecidos o imaginario- Demasiado para Nuria, que observaba atónita como éramos capaces de hacer bromas y reir las del otro, de entablar conversaciones de la nada o de tratar con naturalidad cualquier hecho. Una noche donde el buen humor, la improvisación y la naturalidad se unieron para enseñarnos que cada día cuenta. Lo festejamos con un chocolate - barro en la puerta de la estación, tres chicas de 1,75cm, grandes y llegadas desde cualquier parte, brindando por más noches y por la misma vida

3 comentarios:

Darko dijo...

Veo que ultimamente te lo pasas bastante bien, se te ve feliz, positiva. Me alegro mucho.
Un beso.

Darko dijo...

¿Se puede saber donde estás metida?
Se te echa de menos...

Un abrazo.

su dijo...

A ver si actualizas el blog, que te me estás quedando antigua!!!