jueves, octubre 20, 2005

Espiritus libres

Este comentario lo tenía en reten, en nevera que se dice. Lo escribí un día así a voz de pronto pero no me atreví a publicarlo, quizás creía que podría sacarle mucho más provecho del que en un principio le vi. En ese caos que últimamente me rodea, decidi retomarlo cuando mi AMIGA :))) Gemma desde las Galapagos, me dijo que no le dedicaba nada. Y pensando en ella, en 'La Vivancos', en mi vecino Antonio, en Truya, Kelly, en mi querida Mª Teresa, en 'la Turca' y sus consejos, en 'Mar Chacón', Inma.. y otros espíritus libres, algunos muy recientes, otros que vienen conmigo desde siempre, desde el inicio, desde que comenzamos nuestra vida en común en esta Tierra, me dispuse a ello. Hay personas con la que te entiendes sin palabras, sin hablar, sólo con la mirada, que continuas conversaciones que dejaste a medias años atrás, con la que ries, atrapando el momento, con la que te comunicas con el cuerpo, la sonrisa y el alma. Soy afortunada. Lo reconozco. Ellos y yo, todos acabamos despertando un pequeño aire de sorpresa en el resto, porque no damos la imagen, porque parecemos una cosa, pero somos intensos, apasionados a nuestra manera, cautos, inesperados, expansivos... Vivimos. Espíritus libres, sin etiqueta que no se delatan, que van a su aire, sabiendo donde está el otro. No somos modernos, no somos estables, no somos anticonvencionales. No somos lo que otros imaginan, lo que les gustaría, lo que creyeron. Somos, sólo eso. Sólo vivimos, vivimos y nos dejamos sorprender por la vida y una noche inesperada, una invitación improvisada, unos besos dulcemente abiertos, por una madrugada en casa ajena, una calle sin sendero, un alma inhóspita al principio, un abrazo, unas risas... Confiamos en lo que llevamos por dentro, al mirar a los ojos del otro. Creemos. Lo disfrutamos, lo abrimos, lo mecemos y lo dejamos marchar con las lágrimas, las sonrisas, la felicidad o la tristeza precisa en cada caso: ni más, ni menos... Ya hace años que dejamos atrás los excesos.
Amantes de la aventura, la nuestra; de los retos; de sentir el dolor por dentro; la felicidad en las entrañas, de querer ser plenos, desordenados. Vamos caminando, despacio, desapercibidos, con diferentes trajes, pero cuando llega el momento, somos capaces de desandar la madrugada para dar un beso a un desconocido, cambiar una ruta ya prevista, desviar la mirada, bailar una música que te suena en la mirada de otro, no pensar, sentir. No esperar. Vivir.
Nos ha costado y me cuesta -hablo por mi- entender que el camino se hace por dentro y, a veces, se materializa por fuera. No por ir más lejos se llega a ningún sitio, ni por salir corriendo se llega antes. Tampoco sirve de nada rodearte de mucha gente que te mantenga ocupada -estresada- alterada-exageradamente feliz-. al final tú te quedas con lo que eres, con lo que tienes, te guste o no. Nos guste o no. Somos lo que somos, No somos lo que pudimos ser o lo que siempre nos hubiera gustado ser. Resulta que cuando abres los ojos por la mañana puedes estar en Pernanbuco (un lugar mu`raro donde mi madre mandaba mis cosas cuando yo no las encontraba :) pero si no eres conciente de qué estamos y somos lo que vemos, nos sacudirá la misma sensación de desasoiego constante, la que ha imperado en nuestras vidas desde que echamos a andar, la fuerza inexplicable que nos ha llevado a estudiar una determinada carrera, a escribir tristezas y contar alegrías, a coger las maletas y cambiar de ciudad, a empezar de nuevo, a abandonar, a avanzar... asi, por siempre, por una razón, porque somos buscadores y es muy difícil que salgamos ilesos de un mundo tan estructurado que todos quieren ser encontrados. Es difícil, sí... y por eso nos miran de soslayo... Caeremos, caemos, caigo... la diferencia estriba en que nos levantamos, doloridos pero con las manos abiertas :)

2 comentarios:

su dijo...

Afortunadamente, en ese camino los espíritus libres y desordenados nos encontramos, nos acompañamos y nos entendemos sin necesidad de inetntar cambiar lo que somos ni cómo somos. A mí me gusta ser así y seguro que, en el fondo, a muchos les gustaría ser como nosotros, pero les da miedo...

Darko dijo...

Qué bonito. La próxima vez que escribas algo así, no lo guardes, publícalo cuanto antes, no nos prives de disfrutar de algo tan intenso.
Como siempre, ha sido un placer leerte.
Un beso.