miércoles, noviembre 09, 2005

Lo libre que somos

Como escarpias se me han puesto los vellos, cuando una amiga
de estas tierras me espeta una frase que deben enseñar a los
niños escolarizados antes de terminar sexto curso de la antigua y tan echada de menos EGB:
'es que los que vienen no se han integrado. Nunca lo han hecho. Toda
la vida y ni siquiera hablan la lengua'
Y me lo suelta absolutamente convencida de lo que está diciendo,
arraigada en su pensamiento, en su experiencia vital, en lo
que le han dicho, lo que ha oido, ¿lo que ha vivido?...
Yo, lejos de entrar
en una discusión frágil (tan malo es pensar eso como pensar
lo contrario en otra parte. Lo malo de verdad es no ponerse en la piel del contario en algún momento), intento que lo vea
desde otra perspectiva: los políticos van por un lado y la sociedad,
y eso es asi, va por otra. Sólo es necesario salir a la calle para
comprobarlo.
Así que opto por dejarla hablar para entender que por muchos años que se tenga, por mucho que uno crea que haya vivido, somos unos ignorantes capitales, sino tratamos de tener nuestra propia idea de las cosas, de los hechos y no heredarlas como se heredan las narices grandes o el color de los ojos. Si no hacemos esto acabaremos en manos del primer majara que mande y que nos diga lo que queremos oir, apostados en nuestras cárceles personales, protegiéndonos de no se sabe bien qué y tratando de mantener la estructura de algo ya creado y con el que queremos seguir sintiéndonos identificados, porque es lo que conocemos.
Sólo atiendo a decir, que poco se puede hablar de integración cuando las personas que en su día vinieron para trabajar entre diez y doce horas diarias en el mejor de los casos no vivían codeándose con los autóctonos sino en los extrarradios, apiñados con sus familiares y amigos. Aprendieron lo que pudieron. Pero lo único que se ve es que no se han integrado, que se han matado a trabajar y que ahora estorban porque no se han integrado, porque no hablan su lengua, porque no son de aquí; no se detienen a pensar en lo que hicieron, sino en que ya no son necesarios. Este pensamiento es general y crece.
Sólo queda decir una cosa, como se dice en mi tierra: 'No quieres caldo, pués dos tazas'.

3 comentarios:

su dijo...

Integrarse o morir...

su dijo...

¿alexey es amigo tuyo? :-P

Darko dijo...

Integración NO es asimilación.