lunes, diciembre 12, 2005

Entrando


Copyright J. Mariscal

Metida en mi misma, sin muchas ganas de despegar los labios para que no se esfumen los sabores que guardo; sin fuerzas para atender las atenciones de los otros, que me reclaman, me explican, me solicitan, me hablan; con destellos de luz que te deshacen desde mis ojos, si escuadriñas un poco ;de esta guisa me voy a que me den de cenar a casa de una amiga de Neus. No es uno de mis mejores ropajes, pero ¿quièn necesita cubrirse cuando ya va arropada? Pues de esta guisa me planto por dos motivos: 1.- Vive al lado de mi casa; 2.- Prefiero algo donde no tenga que descubrir demasiado de mi; 3.- ES lo que me apetece (esto es porque sí). Así que, deseando vaciar mis sentidos para volverlos a llenar y no acabar nunca :) llego a una cena prenavideña, donde neus y Ricard me hacen reir con su extravagante relación de pareja y donde el vino me hace fluir aún más en mi. Trato de no detener mi mirada en ningún lugar concreto que no sea mi plato cubierto de unas ensaladas austeras pero que hacen las delicias de convidados poco dados a florituras -obvio- y sí, encantados de conocerse entre ellos, eso por supuesto, que no pierden ocasión de alabarse asi mismos, uno por uno, todos ellos por entero con contadas excepciones. Las frases que más se oían variaban entre la siguiente gama: 'Ya es el cuarto idioma que hablo; '¿eres italiana? Si se te escapaba alguna palabra en tuy lengua non ti preocupare que yo he estado en Italia y te entiendo... estuve un año bla blabla....' 'Conozco a los catedráticos más importantes de la UB'; 'He hecho tropecientos tesis'; 'Hemos viajado lo más lejos posible';'Mi novia -aqui presente- además de ser modelo es muy inteliogente'. Y de vez en cuando me miraban discretamente intentado averiguar cual era mi mérito para estar sentada con sonrisa perenne, y pasando olímpicamente de tanto estres acumulativo de posesiones. Mi mayor preocupación estaba en encontrarle alguna gracia a la solitaria hoja de lechuga de mi plato sin apenas una cebollita por encima o una aceituna o un tomate pocho o un algo que la cubra. '¿Yo? -respondo- No hago nada que me mantenga demasido tiempo alejada de mi misma', admito, despreocupada sin dejar de masticar, con interés cero y descargando la luz que lleva puesta mi mirada.

3 comentarios:

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Anónimo dijo...

sólo quería decirte que me ha encantado lo que he leido, sobre todo tu estilo. espero alcanzarte dentro de poco.


un beso generoso.

cafoscarina dijo...

querido Javi,
¡¡¿cómo uedes decir eso? Si tuviera tu talento, no necesitaría estilo.
¿Me pondrás esas postales que creas y con la que dices tanto?
Besos