martes, abril 04, 2006

More than words

El mejor fin de semana de los que recuerdo comenzó con los gritos de un equipo de Rugby en el aeropuerto de Barcelona, mientras yo trataba de zafarme de la poca vida que me quedaba a las 6 de la madrugada , en un estado de semiinconsciencia total y tristeza interior, y terminó teniendo como despedida la sonrisa más hermosa y esperanzadora que he visto nunca, en el aeropuerto de Sevilla. Durante todo este viaje esquizofrénico no dejaba de preguntarme: ¿por qué voy a Sevilla si he pasado tres días a 39,5 de fiebres, a punto de ingresarme en el hopital? ¿por qué hago este viaje con lo bien que me vendría descansar?'¿Por que no me quedo en casita?... Claro, ¿por qué soy yo? Y todo lo que me sucede encierra un significado extraño e indescifrable para los otros y dolores de cabeza para mi :)

Pero yo sabía que debía ir, que algo pasaría, y no fue el hecho rocambolesco que el piloto aterrizara en Málaga en lugar de en Sevilla, que me pusiera con la regla en plan. ¡¡¡Pasen y Veaann!!, que me recoerriera Andalucia entera en un coche con dos italianos y dos pseudocatalanas, que tardáramos cinco horas en hacer un viaje de dos; que me esperase toda la orla completa de Periodismo en un hotel de Sevilla desde la una y media de la tarde y me llamasen cada media hora para decirme; a ver,,, explicanos porque no nos lo creemos ¡tú de dónde vienes!!!??? Y que sudase, pasasse frío, calor y todo tipo de reacciones térmicas y emocionales a lo largo del día.
Los toques humorísticos del viaje los dejaré para otra ocasión más inspiradora; los comentarios de la reunión, las escenas vodebiles que se desarrollaron, los ataques de histerismos de los ex compañeros casados que parecían recién salidos de un colegio mayor con Pase Pernocta que habia que agotar hasta el final,la caida y declive de los mitos merecen un apartado especial.
Yo no fui a Sevilla - por eso no sabía bien a que se debía mi desplazamiento- fue sevilla la que vino a mi, la que me llamó, la que me acogió, la que me meció y se me mostró entera, despacio y tranquila. Esta vez fue ella.

Podía haber llegado en avión. Debía haber aterrizado, de hecho a las 8,25 de la mañana en el aeropuerto sevillano de San Pablo, pero no, eran las 12: 00 y estaba en Colmenar, Málaga, desayunando junto a mis improvisados compañeros de viaje y sus historias cortadas por dentro. Cuando nos metimos en el coche por tercera vez para probar a salir del único pueblo en el que llevábamos tres horas dando vueltas - Benalmadena-, cuando ya habíamos encontrado el camino de vuelta., cuando ya vimos el cartel 'Prvincia de Sevilla' y las tres tragamos saliva porque algo debía iniciarse de nuevo, cuando apenas quedaban treinta minutos para llegar a Sevilla y las conversaciones se nos habían quedado colgadas hacía rato, cambiamos de emisora y, entonces, sólo entonces, escuché por segunda vez en mi vida en un coche camino de Sevilla 'More than Words'. La canción con la que Sevilla se abrió ante mi aquel año 91. La primera vez que la recorrí en coche y supe que venia a abrirme despacito, recuerdo el taxi, recuerdo a mi madre al lado, recuerdo el recorrido, recuerdo mi emoción y recuerdo los sones de la múisca, la letra... nananananannnanananananananananan.
Desde entonces allá donde la oía me emocionaba. Era la canción de Sevilla. Hasta este sábado.
El sábado volvió a sonar. años y años después... Y yo iba en un coche y no conocía a quienes me acompañaban, camino de Sevilla. Y lo entendí todo. Todo estaba preparado. Todo estaba listo. Todo me estaba esperando. Tras una semana de emociones profundas, creía entender todo. Otra ciudad, otra vida, otra posibilidad.
Me supe afortunada. Pocos entienden las señales.

1 comentario:

Marta Berenguer dijo...

Si te cuento un secreto lo sabrás esconder? Yo también entiendo las señales aunque me queda un largo camino para dislumbrar las que ahora creo invisibles. Y creo en ellas porqué son nuestras cómplices y nuestra guia.

Besos guapa, contenta que estés ya recuperada.

Marta