martes, septiembre 20, 2005

Escucharte

El sábado improvisamos una comida en casa de Neus, merlucita deliciosa, tiempo gris, risas y energía que iba y venía. Una velada tan estupenda que me sentí como en casa, hinchada de alegría, sin prisas. He vuelto a recuperar los vaqueros y las botas de colores, las camisetas con la Nancy y Mazingerseta. Anda que no voy chula yo, paso de arreglarme, voy a mi modo y me gusta, me siento muy yo. Apenas tengo hambre, sabía que sería decidirme y dejar de engrdar, a veces los kilos son una protección de nuestro sibconsciente ante el exterior, lo peor es que tampoco tengo sueño, no necesito dormir demasiado, el trabajo se me acumula pero el exceso de energía me tiene absolutamente consumida. Veo las situaciones , a las personas, los hechos y recuerdos desde otra perspectiva. No se a dónde me llevará esto, pero pienso degustar cada plato, cada momento, cada día, porque ¡cada día cuenta' y mi actitud con ello.

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