jueves, septiembre 29, 2005

Salvita y el armario IKEA

Salvita llegó, vió, sudó y consiguió desmontar mi macro armario de IKEA. Me costó sudor y lágrimas que hiciera caso a mis ruegos y peticiones: 'Salvi plis, plis, plis'. Y él, nada. Hombre Aries, rudo por fuera, lento por dentro., me miraba para espetarme un: 'ya te ayudé en su día y no lo hago más'. Claro que el desánimo no entra dentro de mis planes y tras una semana de ataques a la línea de flotación conseguí que me acompañara, se desnudará -para trabajar...- y sacara con un arte y una gracia inusitadas todas las piezas de ese tormento de guardorropa intocable durante un año. Discutimos, maldijo, chilló, golpeó, volvió a maldecir, se anardeció y al final lo consiguió. Claro que es Aries y como Aries, sólo basta que algo nos saque de quicio para no quererlo y una vez desmontado me dice que no, que no lo quiere. ¡¡¡¡:O!!!! Aqui que llega mi ex compi de piso al estilo sútil que tan bien domina de un 'yo pasaba por aquí' y subraya: ¡'ah pues si no lo quiere ya me lo quedo yo! Si llego a tener en ese instante un fúsil a mano lleno las parrillas de la televisión nacional hasta la noche. La miré harta, hartísima y le dije 'A ver... -pedazo de gandula- (esto sólo lo pensé) tú no me dijiste que NO lo querías- 'Ah-responde- `pero si lo tiras si me lo quedo'. Olvidaba que todo lo que va a la basura tiene sobre ella una atracción irresistible. Salvita me mira dudando, repleto de ira - y de amor porque yo se que en el fondo me quiere :), vamos lo se porque ha sudao desmontando con el trompo en la mano y las maldiciones en los labios- yo lo miro, la miramos a ella y antes de que se abalance sobre su cuello con el trompo en marcha lo detengo. La vuelvo a mirar y clamo al cielo...
Salvita me montó el futón de IKEA recién llegado a la empresa, lo hizo con la misma precisión que ayer desmontó mi armario. Un trabajo de un profesional, tranquilo, pausado, pensando cada paso, armónico... Aquel entonces le invité a cenar en casa para agradecerle el esfuerzo. (Acababa de llegar, como he dichoa la empresa y le diño corte negarse) Ahora le vuelvo a deber una cena y una comida y mi confianza eterna porque a este niño catalanizao que rocoge setas los fines de semana y que saca la lengua obscenamente cada vez que le preguntas algo, ocultando tras sus grotescos trazos un corazón demasiado blando, le quiero yo.
Sobre el armario: busco paquistaní atento y cariñoso que se lo lleve. REgalo complementos ;)

2 comentarios:

su dijo...

Yo quiero un Salvita en mi vida, que me baje el sofá por las escaleras ;-)

Darko dijo...

Jaja, ha estado muy gracioso tu post, me imagino la cara que has debido de poner cuando tu compañera de piso te ha dicho que se lo quedaba, jajaja.
Un beso.