domingo, enero 08, 2006

Margaritas a los cerdos

No hay nada peor que sentirse solo rodeado de personas. He pensado mucho sobre esta situación en la que alguna vez me he encontrado y que, creo, no soy la única. Va por épocas pero también por personas, por situaciones, por evoluciones... Para mi se trata de estar en un desequilibrio constante entre lo que tú eres, lo que quieres ser y lo que los demás te están obligando a ser en ese momento. El malestar puede ser muy agudo e insoportable. Asi me he sentido algunos de estos días: sola entre la multitud, al principio pensé que se debía a mi misma y el muro que levantaba para resguarecerme de los demás; pero ayer llegué a la conclusión que se trata de estar con las personas equivocadas, de dar a las personas equivocadas, de querer ver a los otros como te gustaría que fueran no como son, simple y llanamente como son; y así, te percatas que te sientas sola porque ellos jamás tocarán lo más profundo, secreto y hjermoso de ti: todo lo que eres, todo lo que enseñas, todo lo que quieres, todo lo que amas; eso que deseas fervientemente dar, que estuyo y nada más que tuyo y que nadie,ni siquiera por asomo, pueden llegar a imaginar. No puedes pretender que la verdad que eres, toda ella, llegue a todos por igual, a personas que corren, que grita, que buscan, que te exigen, que te vacian y agotan.
Sarita me salvó, la noche de Reyes, de acabar dando y dando y dando ysentirme absolutamente destrozada por no saber a quién doy, por dejar que otros manoseen mi interior a su entojo, dejándome sin reconocerme, atada, abandonada. Sarita, su alegría, buen humor y NATURALIDAD, detuvieron en seco este constante derroche de sentimiento, esta sensación de echar margaritas a los cerdos, y taponó con su sincera calma, y su hosnetidad mis huecos. Los ojos de Sara como los de Marta, la claridad, la luz, su mirada de frente son como los míos, no notó límites entre ellas y yo, no los percibo, hablamos al mismo nivel, un mismo idioma, de la misma forma, con el mismo sistema: un regalo del cielo en un mundo cargado de demasiados perdidos.

1 comentario:

Marta Berenguer dijo...

Hola!!!

Cómo te entiendo mi amor. A mi también me ocurre y hoy es un dia de esos en el que percibes a quilómetros de distancia las malas vibraciones de alguna gente (sobretodo en el trabajo), sus malos humores, sus miedos e inseguridades. Hay gente que, cómo dices tu, te vacia por dentro, demasiada pienso a veces. Pero hay tanta, tanta que te renueva que me quedo sólo con esa y con ellos voy a compartir mi alma.

Mil besos y gracias por tus reflexiones, tan reales como la vida misma.

Te quiero!

Marta