viernes, julio 29, 2005
Belguita a la una, a las dos...
Sebastian es un belguita de Flandes, de más de metro ochenta y cinco de altura, grande, con ojos fuertes y una sonrisa que se gasta poco pero que cuando surge desata la tuya, irremediablemente. Es un tipo especial. Me gusta, la verdad. Tiene algo puro; quizás lo que me gustó desde el minuto uno de este curioso flamenco es que me vi en él tal ycomo yo soy, Y eso llena. Soy simple, básica en según que aspectos de la vida; me rijo por lo que llevo dentro, no por lo que trataron de inculcarme otros o lo que me enseñaron en el medio en el que me movía. Y mira que lo han intentado, pero siempre he tenido claro algunos preceptos y mi forma de moverme, aunque a veces me atasque, es mia, es libre, es propia. Es difícil, pero mi línea de los bueno, lo malo, lo seguro, los justo no le importa a nadie. Cuando ves esto, en otro, te gusta. El belguita es un tipo divertido que me hace reir y me sostiene la mirada, cosa que me gusta también. Habla poco, pero no le hace falta. El belguita llegó a mis días en la fiesta de cumpleaños del más caballero cruzado de todos mis amigos, Ferrán. Y reí mucho con él. En un mundo de cosas complejas y gente seguras, el belguita hace algo irresistible para mi: VIVE. Y eso, es de valientes. Como yo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario