Hace días que confundo el sueño con la realidad. No atiendo bien a mis funciones vitales, no se si es producto del resfriado que arrastro o de la vida que me arrastra. Lo que se es que así no tengo mucha intención de seguir. ¿qué puede fallar dentro de mi, para que mi estado anímico rompa filas ante el más puro desconcierto exterior. Siento que mi camino llegó a su final, y que ahora avanzo por un sendero de tierra y arbustos en el que apenas consgo visualizar el final. ¿Mi trabajo? ¿Mi vida? ¿yo?
Yo... es difícil escapar de la tendencia impuesta: identificarte con los hechos, con lo que consigues en esta ciudad y si te queda un resquemón para la duda: anestesiarte con problemas que, verdaderamente, no existen. En este momento de mi existencia, la gente cree que es un poco loco que mi única pretensión sea descansar tranquila, pasear viendo el mar embravecido, hacerle la comida a mi abuela, ya que ella me la hizo a mí durante años (no quiero decir décadas) y acompañar a mi hermana vestida de princesa por las calles de nuestra ciudad. quiero volver a mi hogar, a mi interior, a lo que soy, y en este proceso que ya es un hecho, me gusta pintarlo con la luz de mis ojos de niña, los anhelos de mi tierra, y la sonrisa sin pretensiones de las personas del Sur.
Está noche ha diluviado en la fría y desintegrada Barcelona, y el día me ha sonreido feliz en su magnífico gris natural, cerrado y oscuro que tanto me gusta. Me ha puesto la mañana una alfombrita de terciopelo bien mojada para que diera mi primer paso hacía la vida. Me he aferrado a mi misma con fuerza y he salido sin chaqueta y consandalias, a vivir un ratito antes de que los demás me cazaran para seguir ahogándome, ya sin resultados :)
martes, septiembre 06, 2005
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7 comentarios:
Yo creo que en tu vida hay poco sexo, Beorra. Igual tienes que plantearte salir del armario...;)
Besos, shula.
Bromas aparte, Beíta, creo que tú y yo tenemos algo en común: nuestro extremismo. Quien es bueno, es ideal. Quien es malo, nos amarga la vida sin remedio. ¿La sonrisa sin pretensiones de la gente del sur? No, Bea. Tú, igual que yo (que soy, vivo y trabajo en el sur) sabes que eso no es así. Que aquí, como en todas partes, hay de todo. Igual que donde tú estás ahora, que tiene muchas cosas buenas también: desarrollo profesional, trabajo, Francia a dos horas en tren (¿se te había ocurrido antes?), calitas maravillosas, facultades para estudiar todo lo que quieras, espectáculos a raudales en teatros de todo tipo, vuelos directos a cualquier ciudad de Europa, gente (y buena gente, Bea), etcétera.
Cálmate, mira las cosas con un poco de objetividad, y ya verás como, sin pretenderlo, te viene una sonrisa a los labios.
Muchos besos, wapa!
Carlos Sosa, el de Sevilla? Es él quien firma los comentarios de ahí arriba?
Qué bonito lo que has escrito, qué bonito lo que te ha contestado Carlitos Sosa, y qué sensaciones tan parecidas tengo y he tenido siempre.
Yo también soy como dice Sosa, un extremista. No sé vivir de otra manera.
Ser así... te mata. Ser así... es lo que te hace sentir vivo.
Si te sirve de consuelo, hoy llueve en Granada. Ya sabes que yo soy menos extremista y no me atrevo a salir con sandalias, pero aún así arrastro un delicioso resfriado veraniego que amenaza con convertirse en otoñal.
Para que veas que en el Sur también hay mocos... ;-)
Qué bueno!! Descalzarse para sentir!!
Me ha gustado mucho tu post.
Aunke estés cansada creo ke eres tu mejor consejera y mejor cansancio de muchas cosas que cansancio de no hacer nada. Ánimo!!
Kiss!!
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