LLueve en agosto, se nubla el cielo, todo se torna en blanco y gris y me gusta. Me gusta que el aire se vuelva respirable, que la vida se detenga unos segundos, que las prisas me olviden por unas horas y pararme a pensar sobre mi, sobre mis días, mi camino. Voy improvisando, cuesta no controlar, dejando que la vida me sorprenda, con todo lo bueno y lo malo que eso supone. Las gotas de lluvía me trajeron la nostalgia de Carlitos y esa vida que pinta sin saber cómo lo hace, de mi pater honoris causa sevillano al que quiero sin excusas; me trae nostalgias de la 'Charini', mi ex compi de piso y de sus categóricas afirmaciones de mujer sensata y andaluza que tanto necesito ahora que quedo pegada al salón y con el alma volando, que me responde 'hartita de vino' desde Pamplona con ánimos vivos de la que sabe lo qué dice y cómo lo dice; la nostalgia del 'cordobés' y su arte, su alegría ysu vitalidad que me deja con las puertas del espíritu también abiertas. (siempre esperando los dos que se de el momento justo en que nos encontremos sin pareja...); y Jovi, por último, Jovi. Y la benevolencia de uno mismo, de querer perdonarnos a nosotros mismos, desde dentro sin resquemores por haber sentido y deseado, de la paz que transmite encontrar un hueco para entendernos, un hueco breve, quizás no perdurable, quizás una mala casualidad, un espacio abierto para hablarnos sin orgullo, sin rencor, sin el dolor, ni el miedo, sin la amargura de las heridas, ni la fantasias de la mente, con las corazas quitadas, con las lanzas en el suelo. Hay gotas de lluvía que lo limpian todo y dejan que veas por dentro. Anoche yo pude hacerlo, sinceramente, sin necesidad de fingir, de pintarme mi sonrisa más brillante o mi imagen más destacada. Era yo bajo la lluvía del dolor con el alma reposada. Pro primera vez en mucho tiempo hablamos en paz, de alma afín a alma afín, sin buscar explicaciones, sin desear triturar nuestras vidas por el cerco social, sina añorar lo de otros. Sin fingir, Sin expectativas, conscientes de que hay cosas que están por encima de todo lo que no entendemos. Cuando escuché ese 'Beita' que sólo he oído de labios elegidos, lo agradecí todo. Ayer quité los límites a un mundo en 3D, otra vez.
Gracias.
viernes, agosto 12, 2005
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